que hace de la piel este algarrobo
antiguo y reservado
en cada pliegue
blog de Viviana Abnur
No se puede llamar Los terneritos
la carnicería del barrio
no puede
mejor le iría La lonja
o El rey de la molleja
o alguna que otra sigla que combine
las iniciales de los nombres de los dueños
pero Los terneritos no
los diminutivos remiten a la infancia
a cierta inmadurez que arrastro y me recuerda
que el corazón de la matriz es crudo blando
por eso sangra
que no chorree desde el plato
que no mojemos el pancito
no se puede llamar Los terneritos
la carnicería del barrio
Tomados de la mano
en círculo
bien alto en la montaña
guiados en la noche
por el ritual del equinoccio
ponemos los ojos en la tierra
en las
semillas
y cantamos a coro
como podemos
un mantra en irdin
y los brazos van al cielo
para ver
cómo una estrella fugaz
corona el círculo
mientras otra que estaba inmóvil
estalla de luz a contramano
y se desplaza lento hacia el sur
llegó la primavera y los están saludando
entonces crédulos e incrédulos
nos abrazamos como hermanos
en medio de la oscuridad
me encuentro con mi hija que avanza decidida
¿viste ma? te lo dije
no estamos solos
Cuando la madre era una niña
corrió por estas playas
juntó como debía caracoles
buscó y almacenó almejas en su frasco
jugó en las noches a las cartas con sus tíos
bajo el farol a querosene
en La Atalaya
el panadero
y aprendió del mar
de lo que avanza enfurecido
caprichoso
a desconfiar de su madre
lo que de ella quedará
en la hija
que ahora escribe
era la única niña de la historia
corría por la playa
juntaba caracoles
de la cadencia de su voz
ni del poder de las palabras
Todo
lo que sé de la muerte
lo
aprendí de apuro
cuando
te vi pasar en la camilla
a
la terapia intensiva
yo
era atea como vos
y
solo vi
un
cuerpo ajeno y liviano
pasar
a la velocidad de la luz
y
es que acaso vivimos confundidos
o
solo somos luz y no otra cosa
porque
supe de repente
en
un instante
que
vos en ese cuerpo
ya
no estabas
te
llevaban a Emergencias
como
un trofeo de guerra
había
prisa en los médicos por llegar
había
prisa en la muerte
por
huir del territorio
minutos
antes pedías
que
te trajeran un libro
minutos
antes te abrazaba y me decías
sos
tan buena
después
la luz que se cortó en el hospital
la
puerta medio abierta
y
yo que te espiaba pude ver
cómo
te rodeaban de velas
vivo
todavía
como
en un cuento de Poe
alguien
me abrazó y lloré
perdimos
dijo el doctor
y
supe de la muerte
que
tiene apuro papá
y
en el apuro es desprolija
porque
algo se llevaba para siempre
lo
supe
pero
algo no
en ese cuerpo derrotado
vos
no estabas
Solo quien nunca trepó a la cuerda
quien nunca fue de veras
trapecio mismo
confunde
la oscilación de un cuerpo semidesnudo
sostenido por el aire
con poesía
un trapecista de cepa lo sabe
por eso
no se encomienda a los dioses
ni se persigna
antes de saltar
ocupa el breve tiempo que le queda
en secar bien su mano
con resina
entregará su humanidad
por un instante
al cruce meditado
de los cuerpos en la altura
el impulso es lo vital
lo sabe
respira hondo
y salta